Televisoras los prostíbulos más importantes de México

La periodista Ivonne Romero Loya denuncia en su libro "La Pantalla Misógina. Discriminación de la mujer en la televisión mexicana", que Televisión Azteca y Televisa “de alguna
forma llegan a ser los prostíbulos más importantes de México. ¡Qué grave! Y
no nada más de sexo, sino de intereses económicos de todo tipo porque es
¡un manoseadero!”

El acoso y la discriminación sexuales son fenómenos frente a los cuales
tienen que luchar la mayoría de las mujeres que trabajan. Es ahí donde la
pantalla chica, sueño de miles de comunicadoras, puede volverse una
pesadilla.

Ivonne Romero Loya, quien fuera por muchos años reportera de televisión,
destapa algunas cloacas del duopolio televisivo del que fue victima, en su
libro La pantalla misógina. Y en entrevista con Forum lo reafirma.

La periodista que trabajó tanto en Televisa como en Televisión Azteca narra
que fue atacada en la televisora del Ajusco: Yo fui abusada y acosada
sexualmente en Tv Azteca por parte del señor Juan Carlos Barajas, quien es
jefe del Área de Bienestar de Fuerza Informativa Azteca”.

Narra, impotente, cómo sus quejas fueron ignoradas por los ejecutivos de la
televisora: “Manifiesto lo que me pasa, que me están amedrentando
físicamente, sicológicamente, que quisieron abusar de mi muchas veces, me
encerraban en las oficinas. O sea tú dices: si lo estás manifestando el
jefe supremo va a hacer algo; pero pasa que te das cuenta que son
complicidades entendidas. Vas con el director de noticias que actualmente
es Ignacio Suárez y también se hace el desentendido y le digo dos meses
antes de salir yo del canal: me esta ocurriendo esto.¡Por favor cámbienme
de área, haz algo, llámale la atención! Sabes que por el mismo motivo
varias personas salieron de esa área de trabajo y de la empresa. Dices si
éste no me hizo caso, voy con el vicepresidente Martín Luna ¡y tampoco! Hay
unas complicidades tremendas y unos intereses de veras mafiosos y levantas
la voz y vas hasta con Ricardo Salinas Pliego y tampoco hace nada. ¡Es un
asco!”

Incluso las órdenes de trabajo llegaron a incluir connotaciones sexuales,
por ejemplo, en una ocasión querían que se hiciera pasar por prostituta,
para sacar un reportaje sobre casas de “masajes” que en realidad son
prostíbulos, evidentemente se negó.

Indignada, reconoce que es un fenómeno generalizado en las televisoras:
“Sabemos muy bien que este problema es a nivel nacional y en todos los
sectores se presenta y en todos los medios de comunicación; pero ya cuando
flagelan tus derechos humanos, tu integridad física, cuando te das cuenta
que ya no es la profesión, el trabajo y ya quieren rebasar más allá y
aprovecharse de esos puestos tan poderosos que les confiere alguna empresa
de esta magnitud, entonces es cuando las cosas ya no están bien”.

Al solicitarle una aproximación a la magnitud del fenómeno expone: “Mira no
hay una estadística oficial, pero en mi experiencia y por lo que he estado
viviendo: siete de cada 10 periodistas o comunicadoras son acosadas,
abusadas sexualmente, denigradas y hostigadas”.

¿Cómo se salvaron las otras tres?

—Las otras porque son recomendadas o porque al ver esta situación
prefirieron salirse del barco, o porque no cuentan quizás con algunos
atractivos físicos.

“Estas televisoras de alguna forma llegan a ser los prostíbulos más
importantes de México. ¡Qué grave! Y no nada más de sexo, sino de intereses
económicos de todo tipo porque es ¡un manoseadero! Lo hemos visto con los
políticos, cómo desembolsan millones de pesos para salir en televisión. Lo
que más les interesa es el tipo de corbata que van a sacar en lugar de
plantear un buen discurso o de resolver una situación tan lamentable como
la que estamos platicando”.

Precisa: “Yo estuve también en Televisa, donde también vi el problema y
sabemos que es del conocimiento general; pero no hay la valentía para
denunciar tal cual los nombres, los apellidos, el cargo, la empresa porque
tan poderosa es que la verdad la gente le tiene miedo y hasta muchas
autoridades. Entonces yo lo vi en Televisa con muchas compañeras que
valientemente lo describen.

Entre quienes describen que fueron acosadas está Marintia Escobedo quien a
través de las páginas del texto relata: “Cuando dejé ECO, lo dejé porque
el entonces presidente en turno José Guash, de pronto me tiro el calzón y
un día llego a su oficina y me encierra con llave y quiere jugar conmigo y
le dije: ¡A ver espérese tantito!” Tras ello la comunicadora empezó a ser
tachada de lesbiana y se le pusieron trabas en su trabajo que la llevaron a
la renuncia.

Aunque el problema se da con mayor intensidad en el Ajusco, dice a Forum
Ivonne Romero: “En Tv Azteca yo lo vi más tajante. Sabemos muy bien que
Televisa, aunque tiene este tipo de conflictos internos, la respalda una
larga experiencia, pues fue fundada desde hace muchos años. Tv Azteca
quiere hacer una copia de Televisa, pero no tiene periodistas o gente
preparada para informar, para comunicar y no tiene experiencia. El dueño,
sabemos que es un empresario muy rico, muy poderoso, que los orígenes de la
televisora no son muy claros. Quieren ofrecer noticieros, pero en manos de
otros empresarios, de gente que no está empapada en la noticia, de gente
que no es periodista. Sabemos que el periodismo se hace en la vida
cotidiana y también se hace en una universidad (académicamente)”.

De acuerdo con Ivonne Romero el problema se agravó hace 10 años en que hubo
un cambió en la manera de hacer los noticieros incrementándose el
manoseadero de la información, en parte por los intereses creados y luego
por la llegada de cubanos a altos puestos como Federico Wilkins y Alexis
Núñez: “Empieza esa desviación de los noticieros, de la información y lo
único que provoca es un morbo ante el público, notas amarillas, vacías de
información”.

También habla de discriminación dentro de las televisoras: “Es por género,
es por intereses. Tú bien sabes que en ese tipo de televisoras comerciales
no te permiten pensar, para ellos cualquier envase bonito está bien para
que se siente y lea lo que ya gente con otros intereses escribió. Se reúnen
los ejecutivos de otras empresas y deciden la historia del país. Ellos son
los que deciden los contenidos, ponen a una niña linda a que lea y te puede
decir con una sonrisa que murieron 10 personas, en lugar de otra que te
puede decir que las elecciones se dieron con muchas dudas e inquietudes.
Entonces aquí no hay una especialidad, no hay una seriedad para el público.
Estas personas que sólo leen, lo único que están es prestándose a que estos
estereotipos se sigan arraigando en una sociedad en la que no somos güeros
ni de ojos claros. Ni en Estados Unidos se manejan los conductores así”.

Exclusivas en la cama

“Este tipo de mujeres (las Barbis que contratan para leer el teleprompter)
están en desventaja. Es la imagen de la mujer ante la imagen del hombre,
porque ponen en la titularidad a un periodista que ha ejercido el
periodismo a lo largo de muchos años y de acompañante un adorno, un objeto,
una niña linda pero con la cabeza hueca. Ellas llegan con toda la intención
de estar en pantalla, se dejan envolver por ese mundo de fantasía y
acceden. Porque hay muchas mujeres que van con toda la intención de acceder
a lo que el jefe, el dueño o el vicepresidente le ofrezca de intercambio:
acostarse con ellos, prostituirse a cambio de unos minutos de pantalla.
Entonces se denigra la imagen de la mujer, de las verdaderas periodistas o
comunicadoras. Roban ellas, como mujeres fáciles y trepadoras, estos
pequeños espacios, si sabemos que hay muy pocos nichos para las mujeres,
ellas se los roban”, comenta indignada.

Suma: “Se sienten halagadas a que las traten así, porque no tienen otra
cosa que ofrecer más que el cuerpo, y ponen en demérito la imagen de las
mujeres. Hay muchas periodistas que conozco con talento y que están
desperdiciadas, colegas que fueron mis compañeras tanto en Televisa como en
Tv Azteca, que fuimos víctimas de este cambio de forma de hacer los
noticieros en televisión”.

También algunos funcionarios acosan a las reporteras de la fuente, refiere
la periodista, pero también reconoce que hay mujeres que consiguen
exclusivas en la cama, creando peligrosas costumbres: “Nos ponen en riesgo
a la otra parte de las mujeres. Aquí existe una trampa con este tipo de
mujeres que se prestan a esas cosas”.

Los estereotipos y la cultura machista también pesan: “Llegas con una
persona que parece que le estás mentando la madre cuando una mujer está
alcanzando ciertos escalones y te empieza a hacer la vida difícil, a
congelar y presionar sicológicamente”.

Categórica asegura que en el periodismo no hay diferencia entre las
capacidades de un hombre y una mujer, pero sí en las oportunidades.

En el libro La pantalla misógina se exhibe a varios acosadores y
discriminadores, mas hasta la fecha nadie la ha desmentido, ninguna de las
televisoras. Carlos Loret de Mola inició el trámite para entrevistarla pero
luego se congeló todo. El Grupo Imagen también había solicitado una
entrevista pero la cancelaron y la escritora explica que fue por Guillermo
Ortega quien es un “acosador”.

“No fui victima de una persona, soy victima de un sistema, pero yo
hablé. Hay muchas que no quieren dar a conocer su nombre y que fueron
acosadas, que siguen siendo acosadas, pero que por pena de lo que vaya a
decir la sociedad, la crítica, el perder el trabajo, el miedo a estas
grandes empresas, callan. Créeme que yo estoy corriendo un gran riesgo y lo
compro, porque yo sí quiero darle algo a las nuevas generaciones y hacer
algo por México. El periodismo fantasioso es una copia mal hecha y lo único
que está haciendo es comiéndose al periodismo real”, concluye.

Ivonne Romero Loya en el libro La Pantalla Misógina. "Discriminación de la mujer en la televisión mexicana", editado por Random House Mondadori bajo el sello Plaza y Janés.


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One thought on “Televisoras los prostíbulos más importantes de México

  1. Claro que es de imaginarse que la mayoría de las mujeres que trabajan en la televisión se prostituyen, aunque cabe señalar que no nada mas se prostituyen en ese medio sino en otros también para escalar posiciones.

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