Set List regreso de Soda Stereo

Se hizo realidad y el dia viernes fue el primer concierto de la gira de reunion de Soda Stereo, 28 canciones hicieron vibrar el River Plate de Buenos Aires Argentina.

Aqui el Set List del primer concierto de la gira.

1. Juegos de Seducción
2. Tele-k
3. Imágenes retro
4. Texturas
5. Hombre al agua
6. En camino
7. La Ciudad de la furia
8. Pic nic en el 4to B
9. Zoom
10. Cuando pase el temblor
11.Corazón delator
12.Fue
13.Signos
14. Sobredosis de TV
15. Danza Rota
16. Persiana Americana
17. En remolinos
18. Primavera 0
19. No Existes
20. Sueles dejarme solo
21. En el séptimo día
22. Un millón de años luz
23. De Música Ligera
24. Disco eterno
25. Cae el Sol
26. Prófugos
27. Zona de promesas
28. Nada Personal

No es tarea sencilla la de borrar una década en dos horas y media de
concierto ni en dos meses de gira ni en un millón de años luz, pero ése
es el camino, o el túnel si se quiere, que propone desandar Me Verás
Volver, una y otra vez, el tour de veintiún conciertos y nueve países
con el que Soda Stereo escribirá un capítulo más en su extenso
bibliorato de hitos.

Una puesta en escena descomunal, Cerati, Charly Alberti y Zeta
Bosio con gestos adustos, concentrados, lookeados de la zapatilla al
sombrero, sin los raros peinados viejos, alienados al calor de las
masas, si eso pudiera ser posible.

"¿Saben cómo se llama este acorde? Si", dijo Cerati como
introducción y guiño a esa pregunta que tantas veces escuchó durante
los últimos diez años y de allí en más, se lanzó hacia el juego de
seducción que inscribe eso de que "la imaginación, esta noche, todo lo
puede". Desde ese primer acorde positivo hasta el clásico saludo final
con los tres músicos abrazados en medio de la espectacular escenografía
con firma internacional (Martin Phillips, el mismo que ideó la pirámide
lumínica de Daft Punk), las canciones de Soda Stereo volvieron a sonar
como la primera vez. Literalmente hablando en lo musical, con la
intensidad y la simpleza con la que fueron grabadas quince, veinte años
atrás; algunas con las arrugas bien llevadas, otras, las menos,
intentando en vano que no se notaran las cicatrices del lifting; todas,
resignificadas en una noche especial para los músicos, para los fans,
para la industria misma que la banda forjó a su alrededor en épocas de
"sodamanía" y de conquista de mercados latinoamericanos.

"Una eternidad esperé este instante" mintió Cerati citándose a
sí mismo y dio comienzo a la primera parte del show, que se extendió
por dos horas sin interrupción. Ni saludos, ni miradas cómplices,
apenas algunas frases arrojadas para la ocasión; música y un poco de
delirio, con la guitarra de Cerati bien al frente, tan desafiante como
su actitud, y su voz en estado envidiable; con Alberti y Zeta ajustados
una y otra vez, compenetrados en aquello de volver el tiempo atrás, al
menos por una noche, o por veinte nomás.


Burbuja en el tiempo

Con una lista de 28 temas que conectó toda la carrera del
grupo, de 1984 a 1995 discográficamente hablando, y que se apoyó con
ingenio y sabiduría en dos discos con impronta rockera como Canción animal y Dynamo , Soda Stereo cumplió con su propia profecía: "Este regreso será como una burbuja en el tiempo". Nada más. Nada menos.

Por eso las canciones devinieron más autorreferenciales que nunca; para
los de arriba del escenario (donde, demasiado ocultos quizá, también
estuvieron Tweety González, Leandro Fresco y Leo García) y para los de
abajo. Si por momentos la imagen parecía la de un museo de cera, la de
un simulacro demasiado real, como dice la canción, minutos después era
un torbellino que reclamaba "por favor, déjame vivir este sueño, el
mejor que he tenido", para luego dejar una consigna flotando en el
viento: "No vuelvas sin razón, no vuelvas". El público -jóvenes en
busca del mito y del rito y no tan jóvenes tras la pócima de Dorian
Gray-, agradecido, emocionado, entregado, abandonado a la corriente.

Después del adiós, del último concierto, del divorcio con
platos rotos, de los egos y la búsqueda de nuevos rumbos; después de
diez años, la nave vuelve a partir en una travesía sin demasiados
riesgos y con la obtusa convicción -incluso desde la estética marcada
por afiches, logos, vestimenta y sombrero cowboy para el final con
"Prófugos", "Zona de promesas" y "Nada personal"- de que se pueden
retrasar las agujas del reloj, a pesar de todo, y devolver así algo de
su propio reflejo.
La Nacion