Gobierno envió a Clarín 200 inspectores de la AFIP [Argentina]

En un operativo sin precedentes, 200 inspectores de la AFIP desembarcaron en la tarde de ayer en la sede de los medios gráficos del Grupo Clarín en el barrio de Barracas y otro centenar lo hizo en las oficinas de otras empresas del grupo en Buenos Aires y Córdoba. El inédito despliegue incluyó también la visita a los domicilios particulares de directivos de la empresa.

Con el correr de la tarde y mientras los agentes recababan información impositiva y previsional, ocurrió otra secuencia inesperada: el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, se comunicó con el secretario general de redacción de Clarín, Ricardo Kirschbaum, para informarle que él no había ordenado el espectacular operativo, que atribuía a un “error de procedimiento” similar al que había ocurrido en la Sociedad Rural un día antes de la inauguración de la Exposición de este año.

Pocos minutos después de ese llamado, los inspectores comenzaron a apurar el paso y encarar la retirada.

Apenas se habían marchado, cerca de las siete de la tarde, llegó a esta redacción una carta firmada por el propio Echegaray anticipando que realizaría un sumario interno para deslindar responsabilidades. No le llevó mucho tiempo. Enseguida se conoció que el titular de la AFIP y hombre de extrema confianza de Néstor Kirchner había despedido al director regional Andrés Vázquez y al subdirector Sergio Mancini, a quienes responsabilizó por el inusual procedimiento en un medio de comunicación (pág. 9).

Todo había comenzado apenas pasadas las tres de la tarde, cuando una camioneta negra con vidrios polarizados con las leyendas “AFIP” y “Seguridad Social” se estacionó en la puerta de Tacuarí 1842, una de las entradas al edificio donde trabajan unos 1.500 empleados de los diarios Clarín, Olé, La Razón y las revistas que edita Tinta Fresca.

En pocos minutos, un centenar de agentes de la AFIP, la mayoría de trajes oscuros y carpetas bajo el brazo, rodearon la manzana y se apostaron frente a las diferentes puertas del edificio sobre las calles Piedras, Ituzaingó y Tacuarí. Cerca de las 15.30, mientras seguían llegando inspectores, una segunda camioneta estacionó frente al diario.

Recién entonces, los cuatro jefes de equipo a cargo del operativo se presentaron en la recepción del edificio y pidieron hablar con los encargados de Grupo Clarín, Vistone, CLC, CVB, GC Dominio, GC Minor, Oportunidades SA, Tinta Fresca y Ferias y Exposiciones, todas empresas con domicilio legal en este edificio y registradas como pequeños y medianos contribuyentes.

Los encargados del operativo fueron invitados junto a sus equipos de inspectores impositivos y previsionales a pasar al auditorio donde fueron atendidos por los apoderados de las firmas mencionadas que pusieron a su disposición los libros contables.

También entrevistaron allí a algunos empleados de las empresas que fueron consultados por sus ingresos y aportes provisionales.

En total, no fueron más de 40 los empleados de la AFIP que se encargaron de esta tarea. Mientras tanto, más de un centenar de inspectores permaneció en el lobby de entrada del edificio y en las veredas adyacentes sin ninguna misión específica.

Los periodistas que entraban y salían de la redacción obtuvieron de ellos los comentarios más insólitos. La mayoría no sabía bien para qué estaba aquí y decía obedecer órdenes de sus jefes a los que se negaba a identificar.

“Yo soy un soldado. Sólo quiero irme a mi casa”, dijo uno apoyado sobre el muro de la calle Tacuarí. “Se lo tienen merecido”, comentó otro. “Ya van a ver cuando salga la Ley de Medios”, agregó un tercero de sobretodo.

En la vereda de enfrente, una periodista de Clarín.com que registraba lo que ocurría fue amenazada por una de las funcionarias con sacarle la cámara. Instantes después, una compañera exhibió un envase de gas pimienta de manera amenazante. Cuando se la consultó sobre lo que estaba ocurriendo, respondió, desafiante: “Pregúntenle a Kirchner”.

En simultáneo, otros equipos de agentes se apersonaron en las oficinas de Teledifusora Bahiense, Cablevisión y Gestión Compartida repartidas en distintos puntos de la Capital Federal. Y un local de Multicanal en la ciudad de Córdoba recibió la visita de los inspectores impositivos.

Y eso no fue todo. También se realizaron operativos en domicilios particulares de directivos, síndicos y apoderados del Grupo Clarín, que llegaron a incluir hasta ocho personas.

Mientras los inspectores revisaban papeles y completaban formularios rosas con requisitorias de información adicional en el auditorio, cronistas de diferentes diarios, radios y canales de TV nacionales e internacionales fueron llegando a Clarín para cubrir la noticia.

A esa misma hora, en el Congreso, Mauricio Macri, Francisco De Narváez y Ernesto Sanz, que se habían reunido para unificar posiciones en rechazo a la Ley de Medios Audiovisuales que impulsa el kirchnerismo, repudiaron el operativo intimidatorio (pág. 11)

Lo mismo hicieron un rato después la Mesa de Enlace Agropecuario, el vicepresidente Julio Cobos y decenas de representantes de todo el arco político.

Las muestras de solidaridad también llegaron desde medios de comunicación de todo el mundo.

“La escena, más propia del cine que de un organismo oficial”, describió en su versión online el diario español ABC. Las palabras “inusual” e “insólito” se repetían en las coberturas (pág. 15).

El llamado de Echegaray a la redacción, su carta y sus declaraciones posteriores no hicieron más que agregarle capítulos a una tarde inverosímil.

Clarín es una empresa que opera en Bolsa y, por lo tanto, sus balances son públicos. Como toda empresa de sus dimensiones, es auditada permanentemente por la AFIP y recibe inspecciones con regularidad. Pero ninguno de sus empleados recordaba un operativo de la magnitud del de ayer.

El operativo tuvo lugar en medio del debate por la Ley de Medios y de una andanada de ataques contra el Grupo Clarín que van desde las agresiones verbales del ex presidente Kirchner y otros funcionarios K, pasando por afiches callejeros y guardias intimidatorias en domicilios particulares y llegando a actos de vandalismo en corresponsalías y agencias del diario.

El operativo de ayer se realizó el mismo día que en la tapa de Clarín se había publicado que la ONCCA, el organismo de control del comercio agropecuario que supervisa Echegaray, había concedido un subsidio de 10 millones de pesos en un trámite irregular a una firma ganadera de Carlos Casares.

A nadie se le pasó por alto ese dato. Ni siquiera a la televisión pública, que lo mencionó en el informativo de Canal 7. Ante sus micrófonos, Jorge Ferré, uno de los encargados del operativo, fue contundente: “A mí me enviaron de la AFIP”.

La única que pareció no enterarse de la noticia fue la agencia oficial Télam que no emitió un sólo cable en toda la jornada en referencia al episodio.

Anoche, en una breve charla con este diario, Echegaray afirmó: “Yo no di la orden del operativo de Clarín”. Aunque sí admitió que él tenía prevista una fiscalización en la empresa. En el mismo diálogo, enfatizó que apenas se enteró por Internet, dio la orden de levantar el operativo. Y aseguró que no pensaba renunciar.

Via: El Clarin