Mucho sexo entre atletas en la Villa Olimpica

Tienen los cuerpos más cuidados del planeta y la mayoría está entre los 20 y los 30 años. No es de extrañar, por lo tanto, que los miles de atletas alojados en la villa olímpica de Londres 2012 conviertan el lugar en una bomba hormonal.

Las historias acerca de las aventuras amorosas en la villa olímpica son conocidas desde hace tiempo, pero pocas veces fueron expresadas con tanta claridad como lo hizo recientemente la atleta estadounidense Hope Solo a ESPN, en cuya revista “Body Issue” aparece desnuda en la portada.

“Hay mucho sexo”, aseguró la campeona olímpica de fútbol en Pekín 2008. “He visto gente haciéndolo al aire libre. Sobre el césped, entre edificios. La gente hace cosas bien sucias”.

Según estima su compatriota Ryan Lochte, “entre el 70 y 75 por ciento de los olímpicos” participa en lo que el canal estadounidense llama “los auténticos Juegos”.

Nunca se confirman, pero las cifras que se manejan sobre el reparto de condones en la clínica de la villa superan los 100,000. Quizá los números sean exagerados, aunque no parece que sea por falta de predisposición.

“Hay ganas de intercambiar culturas”, bromeó irónico el peruano Juan Miguel Postigos, cuyo equipo, una delegación reducida, comparte edificio con Armenia y Eslovenia. El judoca de 23 años, sin embargo, se sintió hasta ahora más atraído por Australia, o más concretamente, por “las australianas”.

Terreno abonado para las bromas estilo “macho”. “Cuando haya dejado mi legado sobre la pista, me aseguraré de que me recuerden en Londres”, aseguró el atleta norteamericano LaShawn Merrit.

¿”Sex in the City”? No, “sex in the village”. El tirador estadounidense Josh Lakatos ya reveló su experiencia en Sydney 2000, donde después de competir se “apoderó” de un edificio vacío y proveyó a sus colegas de lo que más falta en la villa: intimidad.

“¡Al final, estaba dirigiendo un burdel en la villa olímpica! Nunca había visto tanto libertinaje en mi vida”, aseguró.

Antes incluso de que empiecen los Juegos, el nadador serbio Milorad Cavic se quejó ya del ambiente de fiesta que se vive en los bloques de pisos levantados en Stratford para albergar a los atletas.

“Suena música hasta medianoche como si estuviéramos en Ibiza. A veces me pregunto qué hacemos aquí”, escribió en su cuenta de Twitter.

La brasileña Iziane Marques fue excluida de la selección de baloncesto por haber “infiltrado” a su novio en la concentración previa en Francia: una advertencia para el resto de deportistas.

Ni siquiera los casados, como los voleibolistas Jaqueline y Murilo, tienen permitido pasar la noche juntos. “Estamos juntos desde hace 13 años y no estamos desesperados”, señaló la jugadora.

No fue tan comprensivo el tirador australiano Russell Mark, al que las normas de separación de sexos no dejan convivir con su esposa, Lauryn, también competidora, en la misma habitación.

“La parte estúpida de todo esto es que habrá toneladas de parejas gay en el equipo olímpico compartiendo habitación, así que estamos siendo discriminados por ser heterosexuales”, espetó.

¿Demasiado control? Al fin y al cabo, de la villa surgieron también matrimonios como el de los suizos Roger Federer y Mirka Vavrinec.

“Los Juegos están para conocer gente. Hay muchas historias de gente que se conocieron, casaron y pasaron el resto de sus vidas juntos”, aseguró a dpa el vicealcalde de la villa, el ex campeón olímpico Duncan Goodhew. “Esperemos que, digámoslo así, se hagan muchas uniones para siempre en Londres”.

Via: Agencia DPA