Colosio a 20 años, la entrevista de Aburto por Blancornelas

A 20 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio les traemos esta tercera entrega, esta vez se trata de una transcripción de la entrevista que hizo Jesús Blancornelas, director del semanario ZETA a Mario Aburto en el penal de Almoloya de Juarez (ahora llamado Altiplano).

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Almoloya de Juárez, Estado de México.- No es difícil hablar con Mario Aburto Martínez. Lo difícil es llegar hasta donde está. Pero el domingo 24 de este abril, poco antes del mediodía, aceptó una entrevista a ZETA.

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Prisionero, habló en libertad. Ni él se contuvo, ni se lo impidieron.

Ha sido ésta la primera ocasión que Aburto es entrevistado por ZETA, antes que ningún otro periódico, televisión o radio, luego de haber disparado a la cabeza del candidato presidencial priista, Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo por la tarde en Lomas Taurinas de Tijuana.

Si de eso no hay duda, Mario Aburto despeja otras:

* Es el mismo hombre que disparó, fue capturado y está encarcelado, según lo reconoció observando una foto de César René Blanco Villalón, publicada por ZETA y,

* Primero disparó a la cabeza y luego, cuando le querían quitar el arma, cuando forcejeaba, ya estando Colosio herido en el suelo, dio el otro balazo.

ZETA logró la entrevista luego de varias gestiones y en la prisión, se realizó en el locutorio número 2, luego de traspasar las más intensas e impresionantes medidas de seguridad.

La plática duró casi 45 minutos y fue atestiguada por funcionarios del penal, de la Secretaría de Gobernación y la Procuraduría General de la República.

Cristal irrompible de por medio, escuchándolo a través de pequeñas perforaciones, su voz fue grabada.

ZETA presenta a continuación, el texto íntegro de la entrevista, sin quitarle ni ponerle.

Luego que las autoridades del penal le señalaron que estaba en libertad de hablar o no, éstas son, preguntas y respuestas.

Mario Aburto Martínez.- “Ante todo, pues sí me gustaría hacer comentarios, ¿no?, por lo que pasó la otra vez con los otros periodistas, ¿no?, que manejaron la información como ellos quisieron, porque yo dije toda la verdad. Ellos no quisieron aceptar toda la verdad”.

ZETA.- Nuestro único interés es platicar un momento contigo. No tiene ningún otro objetivo, ni venimos por ninguna otra cosa. Y el primer paso que queremos dar es que nosotros (en ZETA), se tomó esta foto cuando a ti te detuvieron, y nada más queremos que nos digas si éste eres tú.

Aburto.- “Sí, señor. Soy yo”.

ZETA.- Porque había una gran duda de que tú no eras.

Aburto.- “Pues ya que vinieron sobre esta foto, entonces ahora sí quiero decir lo mismo que les dije a los otros periodistas, los otros periodistas.

“Desgraciadamente, los otros periodistas no demostraron tener ética profesional…y me extraña, porque creo que son personas que tienen muchos años ya en este ámbito del periodismo, y manejaron la información a su antojo. Entonces conforme a eso, voy a platicar los sucesos como pasaron.

“Usted me dice que nada más venía por lo de la foto, ¿no?”

ZETA.- Bueno, en realidad yo venía primero a confirmar y terminar con la duda que hay en Tijuana de que tú no eres el que está ahí. El que fuiste. Por eso nos permitimos traerte esta foto que nosotros publicamos en ZETA, para que tú la veas y nos digas si eres o no eres. Ya me estás diciendo que tú eres…

Aburto.- “Sí, señor”.

ZETA.- Si tú quieres agregar alguna otra cosa, estoy grabando y las cosas que tú me digas, palabra por palabra, lo que tú quieras decir así se va a publicar…

Aburto.- “Perfecto”.

ZETA.- Yo le entregaré esta grabación a la persona que tú me indiques en Tijuana, a tu mamá, a tu hermano, o a quien quieras, o que se quede aquí después de que yo la utilice, para garantizarte que lo que tú dijiste se va a publicar exactamente.

Aburto.- “Perfecto, señor”.

ZETA.- ¿Te parece bien? Nada vamos a inventar.

Aburto.- “Este pues… conforme a eso pues adelante, ¿no?”

ZETA.- ¿Cómo fue que tú te decidiste a esto?

Aburto.- “Este… primeramente me gustaría… este, que se identificara conmigo con algo, ¿no? Porque…”

ZETA.- Bueno, no tengo identificación porque me las quitaron allá afuera. (En la revisión al entrar al penal). Mi nombre es Jesús Blancornelas, soy del periódico ZETA de Tijuana. Él es René Blanco del periódico ZETA también, los dos, no traemos ninguna identificación porque nos las quitaron aquí, nos quitan todo. Nos permitieron que nada más él tomara unas cuantas fotos y nos fuéramos.

Si hay alguna duda pues lo podemos verificar, no sé si ahora que estuviste en Tijuana, puedes preguntarme algo de Tijuana, yo te digo exactamente.

Aburto.- “Bueno, voy a confiar en su palabra, aunque…”

ZETA.- Yo te lo garantizo. Sinceramente.

Aburto.- “Entonces…”

ZETA.- Nos costó muchísimo trabajo hacer esta entrevista.

Aburto.- “Okey. Entonces les agradezco que hayan venido a visitarnos y se preocupe por saber la verdad, cosa que otras gentes no se han preocupado. Quieren manejar la información como ellos quieren.

“Entonces conforme a esto le voy a platicar con lujo de detalles cómo empezó todo. Desde la compra del arma”.

 

LA COMPRA DE LA PISTOLA

…rumbo a Lomas Taurinas

 

“Okey. Estaba yo unos días antes. Estaba… si quiere lo digo un poco despacio…”

ZETA.- No. Está bien.

Aburto.- “Este… unos días antes de los acontecimientos estaba yo comprando un arma, para seguridad de la casa, porque había ladrones que habían robado algunas cosas por ahí, por la calle donde vive mi mamá y eso la gente puede decir que es verdad, la que vive ahí por esa calle.

“Entonces la compré con esa intención el arma, a lo que después…”

ZETA.- ¿Cuánto te costó?

Aburto.- “850. La compré a una persona que no logré identificar porque iba en el taxi, o sea, sí platiqué con ella y todo, le dije sobre que quería comprar un arma, entonces él me dijo que lo esperara en un depósito de cerveza y que ahí regresaría después con el arma y conforme a eso yo le pagara.

“Y como siempre traía dinero en la bolsa fue como le di el dinero. Pero jamás volví a ver a ese señor porque no lo conocía, nunca en mi vida lo había visto”.

ZETA.- ¿Lo conociste en un taxi?

Aburto.- “Sí, en un taxi”.

ZETA.- ¿Del bulevar Agua Caliente o para Otay?

Aburto.- “No. Son de los que van al Florido, al Mariano, de los que pasan por el fraccionamiento Buenos Aires”.

ZETA.- ¿De los azules y blanco o de los cafés?

Aburto.- “No. Azul y blanco. No, perdón, es blanco… sí, blanco con una raya azul, ¿no?”

ZETA.- Sí.

Aburto.- “Perfecto. Por ahí se ve el arma. Entonces pensé en dejarla en mi casa, pero después, este… decidí que no, porque una hermanita de nueve años… que no, si la dejo en mi casa va a ser un peligro o puede pasar un accidente con ella. A lo que empecé a ofrecerla en venta a personas de ahí mismo de la colonia donde yo vivo. Entonces nadie quiso comprarla porque no tenían dinero, se interesaron por el arma, pero no tenía dinero y no sé qué tanto.

“Entonces yo quise venderla aparte por otro lado, porque quería comprarle un regalo a mi mamá. Este, por el día de su santo, de María Luisa, ¿no? Iba a ser una sorpresa para ella eso, entonces mejor dije, vendo el arma y le compro el regalo a mi mamá.

“La ofrecí en el trabajo el arma, a lo que no se interesaron ni siquiera en verla. Eso fue el día 23”.

ZETA.- ¿El día 23?

Aburto.- “Sí. El día 23 fue cuando ofrecí el arma en el trabajo y no se interesaron ni siquiera en verla. Entonces, decidí este… pues llevármela a mi casa, ¿no?, del trabajo ése, de la empresa que se llama Cameros Magnéticos. ¿Ya sabe de eso, no?”

ZETA.- Sí.

Aburto.- “Ahí trabajaba como mecánico industrial. Entonces de ahí salimos a las dos de la tarde. A las dos de la tarde. Este… y nos lleva el transporte al centro, ahí fue donde me dejó el transporte, en el centro”.

ZETA.- ¿Te fuiste en taxi?

Aburto.- “No, en el transporte de la empresa”.

ZETA.- ¿En dónde te dejó?

Aburto.- “Ahí en el centro. Después, este… me fui a comprar una torta por ahí en el centro para comer, era las… pues reloj no traía, ¿no?, no sé qué horas serían este… pero ya me imagino yo que eran como las, ¿qué serían?, las tres, las tres y media, algo así entonces…”

ZETA.- ¿En dónde compraste la torta?

Aburto.- “No sé en qué calle es…”

ZETA.- ¿La segunda?

Aburto.- Parece ser que es la segunda. Entonces este… pues como era muy temprano dije, hummm, voy a llegar muy temprano a mi casa. Siempre al salir del trabajo quedaba de acuerdo con… con… con algunas personas de ir por ahí a pasear, o hacer tiempo mientras llegaba a mi casa, entonces esa vez no hubo nada, y dije yo, ¿a dónde voy?

“Me acordé que en la empresa este… un guardia había estado leyendo el periódico y decía que iba a haber un mitin político en una colonia que se llamaba Lomas Taurinas.

“Entonces dije: bueno, voy a ir, nunca he estado en un mitin político ni sé qué sea eso. Y sin acordarme que traía el arma… fui al mitin, ¿no? Y cuando iba en el transporte, en el camión este…”

ZETA.- ¿Entonces te fuiste en autobús?

Aburto.- “Sí, en autobús. Un apersona ahí, una señora me preguntó que si iba al mitin, fue lo que me preguntó, algunas otras cosillas, ¿no?, que si alguna vez había estado. Le dije que no, que iba nada más por pura curiosidad que nunca había estado, que ni sabía lo que era eso.

“Entonces así fue como llegué. En cuanto bajamos la señora se fue por su lado y yo por el mío.

“Y estaba ya hablando el señor Colosio, el licenciado Colosio, entonces llegué y me puse en un lugar donde estaba toda la gente, ¿no?”

 

EL MOMENTO DEL DISPARO

…y luego “todo se borró”

 

“Entonces terminó de decir el discurso el señor, el licenciado Colosio y bajó de donde estaba, cuando iba caminando este… vi que una señora, este…. El licenciado Colosio con la mano izquierda a una señora, este…. Que se le acercaba con algo en la mano, al parecer unos papeles, la hizo a un lado con el puño izquierdo.

“Después fue una persona de lentes, de pelo corto, que era el que dicen que se ve agachando, ¿no?; ese que sale en un video así. Entonces cuando veo eso, me sale algo dentro de mí, algo espontáneo, ¿no? Y en mi ignorancia, se me hace pensar en sacar el arma y tirarle a los pies, ¿no?, sin en ningún momento llegar a pensar que me podían llegar a quitar la vida ahí nada más por una tontería de ese tipo, ¿no?; o sea no tuve tiempo de pensar nada.

“Pues qué el arma, quise hacer el disparo a los pies, en eso pasó una persona, y como nos iban empujando y todo eso, y por el camino que estaba todo pedregoso, y por eso iba la gente tropezando y cayendo, como se puede ver en un video, que una persona dice que el del clavado pues se cayó, ¿no? Este…

“Otra persona, el de los lentes, también iba así por lo mismo del terreno, ¿no?, se puede ver efectivamente que tenía fallas. Entonces cuando saqué yo el arma iba a disparar a los pies y pasó la persona, entonces el arma no, no, no la disparé a los pies, entonces quise levantar el arma, este…

“En eso, cuando la levanté me tropecé y al tropezar fue como sucedió el accidente, a lo que yo siempre he dicho: eso fue un accidente, como yo lo pude ya, este… demostrar, ¿no?, que fue un accidente, nada más que no quieren aceptarlo así, porque ya esto lo quieren manejar a su antojo de ellos.

“Ahora parece ser que quieren hacer una, este… con fines políticos esto, o que estaba premeditado que no sé qué tantas cosas.

“Eso fue un accidente, como yo una y otra vez les he dicho, porque incluso en mi pie derecho aparecen las señas del tropiezo. Incluso de que una persona me golpeó en el pie derecho al instante en que tropecé, entonces fue como se accionó el arma, pero el brazo bien extendido, estaba extendido cuando tropecé, entonces fue así como sucedió el accidente.

“Después cayeron unas personas, y en la confusión se empezaron a aventar gente, ¿no?; fue como a mí también me aventaron, pero ya había varia gente tirada abajo, fue como nos detuvieron a dos personas, diciendo que la otra persona había sido. Incluso yo no sabía qué había pasado en ese instante, ¿por qué? Porque perdí el control del arma, perdí el control de todo, no supe de lo que pasó”.

ZETA.- Pero si disparaste dos veces.

Aburto.- “Una nada más puedo aceptar como que sí fue mía, ¿no?, debido al tropiezo que, que, que pasó”.

ZETA.- ¿La otra no?

Aburto.- “La otra, otra persona me agarró el brazo, y parece ser que me lo quería levantar o me inclina el brazo y fue cuando se hizo otro segundo disparo, ¿no? y fue como el arma la logré tirar, este… por la persona que me tenía agarrada de la mano y fue así como pasó el caso… este.

“Me siguieron, me llevaron a una Suburban. Por el camino la gente gritaba, este, ¡bravo!, ¡eso es todo!, ¡así se hace!, ¡muy bien!, este, ¡estuvo bien lo que hiciste! Otros que se dicen allá en el norte, ‘cholos’, gritaban: ¡clávenlo!, ¡mátenlo! Y, de ahí en adelante ya no logro recordar muy bien unas cosas, sólo algunas cosas que en la Suburban unos judiciales me estaban diciendo, este… tienes que decir esto si no te va a cargar no sé qué”.

 

SIN TEMOR A MORIR

Y el “Caballero Águila”

 

ZETA.- ¿Cuando estabas tú aquí (en la foto), no tuviste miedo de que te mataran…?

Aburto.- “Porque ahí te digo que…”

ZETA.- ¿Cuando te pusieron el arma aquí (en la foto) no pensaste que te iban a matar?

Aburto.- “Este… no. En ningún momento llegué a pensar nada, le digo porque debido al golpe parece ser que mi mente quedó en blanco, o sea no pensaba nada; algunas veces tomé momentos de lucidez, ahí yo no me acuerdo que me haigan puesto el arma, en ningún momento, este… parece ser que quedé aturdido por el golpe y no veía, o sea no tenía razonamiento yo mismo.

“Entonces precisamente por ese golpe, este… parece ser que perdí el conocimiento en ese momento, o sea no me desmayé sino que se me borró todo, ¿no?

“En la Suburban me acuerdo de momentos de lucidez, cuando uno de ellos, que no determino quién, ¿verdad?, porque no le vi el rostro, me llevaban hacia abajo, me iba dando indicaciones, tienes que decir esto, tienes que decir esto otro, si no te va a cargar no sé qué tanto”.

“Y parece ser que cuando me llevaron a la procuraduría en Tijuana, todo eso lo que se me dijo en la Suburban perece ser que lo había dicho yo, que porque se levantó una declaración, ¿no?, o sea no sé cómo se llama, no tengo conocimiento de esto, donde yo decía que había pertenecido a grupos armados y no sé qué tantas tonterías más, a lo que yo digo ¿cómo puede ser posible que personas tan preparadas, este…?

“Y aun así estaba un representante de Derechos Humanos ahí, que no quiero mencionar su nombre; éste… aceptó como por buena esa declaración, ¿no?, que viendo en el estado en que me encontraba yo, este… la tomaron por buena, entonces digo yo, ya ni en derechos humanos se puede confiar, y aun así la hicieron buena esa declaración.

“Muchos federales después, digo de la PGR, después me dijeron, ¿oye, pues qué te pasó?, estabas diciendo hasta tonterías y esto y lo otro, pero nosotros notamos que no estabas bien, porque parpadeabas mucho.

“Después arriba de la PGR, este… dicen que también volví a caer en ese estado, que no me podían hacer volver, que me quedaba con la vista fija en un solo lugar y que no me podían hacer volver, que estaba con la vista así, y me hacían varias cosas en los ojos a ver si reaccionaba, y no, que solamente con luz me hacían reaccionar los ojos, y por unos cuantos segundos y volví a caer en el mismo estado. Cuando me trajeron aquí, señor…”

ZETA.- Nosotros tuvimos un dibujo tuyo, donde estás con una bandera y tienes un caballero águila, ¿a qué se debe lo del caballero águila?

Aburto.- “Eso, ahí dicen, que el que me lo estaba diciendo un este… cómo se llama, un miembro de la PGR, o sea en este libro que se ha manejado…”

ZETA.- ¿Cómo se llama?

Aburto.- “¿El libro?, o sea es de dibujos, se lo regalé a un primo hace mucho tiempo, pero parece ser que ahora le han metido dibujos ahí, ¿no?, o sea con otros fines”.

ZETA.- ¿Tú no hiciste ese dibujo, el del caballero águila?

Aburto.- “No. En ningún momento que yo me acuerde, no; ese dibujo no lo llegué a dibujar yo. Entonces permítame seguir platicándole todo esto. Ahí después sus dudas me las dice, por favor.

“Entonces, este… cuando me trajeron aquí, me trajeron por un delito del fuero común, no del fuero federal, me dijeron que me traían aquí por seguridad, no por otra cosa. Entonces, en el juicio no me lo han querido tomar así. Lo quieren ver como un delito federal, que porque esta persona pertenecía al gobierno, siendo que la misma Constitución dice de que no debe pertenecer a ningún cargo político, y aun así lo quieren tomar así.

“Entonces yo aquí pude demostrar la verdad de las cosas y parece ser que no me quieren hacer justicia, porque se han hablado de cierta cantidad de años, ¿no?; le digo, según las leyes no es justicia eso”.

 

NARCOS, DURAZO Y JLP

Compran la justicia

 

“¿Por qué otras personas, por ejemplo, que son narcotraficantes, o hasta el mismo ‘Negro’ Durazo o Portillo, por qué a ellos no los castigan? Ellos que sí hicieron cosas y el accidente lo quieren tomar así. ¿Ellos por qué? Porque compran la ley con dinero. Y yo como no tengo dinero, ni para contratar un abogado astuto que me sacara de esto. Y aun así yo no permitiría que un abogado astuto lo hiciera.

“Yo desde el primer momento acepté mis responsabilidades, del accidente, dije, yo soy responsable de este accidente y como tal quiero pagarlo, pero que se haga una verdadera justicia, señor.

“Que demuestren no nada más a la nación, a todo, a todo el mundo, de que hay justicia en México, porque hasta ahorita no se ha demostrado.

“¿Por qué? ¿Por qué narcotraficantes compran las leyes como su fueran prostitutas y usan de ellas como, a la hora que se les antoja, y con dinero compran las leyes aquí en México, señor? ¿Eso es justicia? No, no puede ser justicia.

“Tantos y tantos señores, Echeverría, también la matazón que hizo en el 68; ¿alguna vez se hizo justicia también a eso? En cambio a mí, vea lo que quieren hacer conmigo. Se ha manejado de 30, 40, 50 años y eso para mí no es justicia, señor.

“Este… ‘El Negro’ Durazo ¿cuántos años estuvo? No más de diez. ¿Y qué tantas matazones hizo? ¿Qué tantas cosas hizo? Y salió. ¿Por qué? Porque tenía dinero para comprar la ley, por eso a mí se me acusa de esto, injustamente, con todas las agravantes pudo haber pasado eso, en vez de pensar que…”

ZETA.- Háblame de eso, dilo y yo lo voy a publicar.

Aburto.- “¿De que no pudo haber pasado eso?

ZETA.- Ajá.

 

“¿QUIEREN MENTIRAS?

Entonces diré que Salinas me pagó

 

Aburto.- “Pues si no me hubiera salido esa reacción en ese momento, no hubiera pasado nada. La reacción fue debido a que vi lo de la señora, porque incluso ya me empezaba a salir de la fila, porque nos llevaban a todos empujando, por la concentración de la gente, pero en ningún momento se tenía pensado eso.

“Ahora, como le digo, esto se quiere manejar de mil maneras, con fines políticos, que una persona me pagó, que no sé qué tanto. ¿Por qué le tienen miedo a la verdad? Yo siempre he hablado con la verdad. ¿Por qué le tienen miedo a la verdad?

“¿Quieren que diga mentiras? Si quieren digo mentiras y eso que se me está diciendo ahorita, que ‘a fuerzas hay alguien detrás de ti’, entonces si siguen en ese plan yo lo único que puedo decir, okey, les voy a decir una mentira:

“Me pagó Salinas de Gortari. Me pagó Luis Echeverría. Me pagó López Portillo. Me pagó “El ‘Negro’ Durazo. Me pagó el que hizo  la matazón en Chiapas. ¿Por qué? Pues ahí pongan ustedes como quieran, porque, entonces, yo podía manejar de esa forma una mentira, si ellos así siguen insistiendo que yo diga mentiras.

“¿Y decir que me pagaron porque Colosio quería separar al PRI del gobierno? ¿O que por otra cosa? ¿Por qué Colosio aceptó que el gobierno había fallado?, ¿que no le convenía a Salinas? O sea, mil mentiras puedo decir, si quieren que diga mentiras. Pero ésas son sólo mentiras. La verdad aquí está. No hay nadie detrás de eso.”

ZETA.- ¿No hay nadie detrás?

Aburto.- “Absolutamente nadie. Yo soy el único responsable de este accidente. Como le había dicho, no hay nadie detrás de esto.

“Entonces digo: ¿Por qué no lo quieren aceptar? ¿Por qué? Porque quieren aprovechar este caso para fines de publicidad o de política, o lo que ustedes quieran. Porque se han dicho tantas cosas de mí, tantas mentiras, que poco a poco las investigaciones las han hecho a un lado, pero ahora parece ser que esto toma otros nuevos rumbos. ¿No?

“Otros nuevos rumbos, que no es que yo los esté dando, sino que allá afuera la gente lo quiere tomar así”.

ZETA.- ¿Te visitó tu mamá?

Aburto.- “Sí.”

ZETA.- ¿Cómo está ella? La vimos en Tijuana muy adolorida.

Aburto.- “Pues ella aquí estuvo bien. Se mostró bien conmigo. Ella misma dice que no puede creer, que ni la gente cree, que haiga hecho yo, que sea el responsable del accidente ese. No lo puede creer. ¿Por qué? Porque me conocían de una persona más recta. No fumaba. No tomaba. No usaba drogas. Era una persona recta que me dedicaba a mi trabajo, del trabajo a mi casa, o sea por eso no.

“Aun así, digo, aunque no aparece mi rostro en los videos, para mí lo más fácil sería decir: No fui yo, señores. Y me quito el problema de encima.

“Pero nunca he dicho yo eso. He sabido  reconocer desde un principio mi error, que yo cometí. Entonces en ningún momento he querido eludir a la policía. Yo digo okey, yo quiero pagar mi responsabilidad, pero hasta donde llega, nada más”.

 

NADA CON TRANQUILINO

Y no conoce a los Mayoral

 

ZETA.- Mayoral, Tranquilino y los demás, ¿tú no los conoces?

Aburto.- “Nunca los había visto. La primer vez que los vi yo a estos señores fue en los videos. Aparece una imagen donde dicen que están platicando conmigo y pude demostrar de que no era yo esa persona.

“Esa persona también fue detenida y fue llevada a la procuradu… a la procu de Tijuana, donde mi mamá vio a la persona esta y cuando la vio así de reojo, pensó que era yo, entonces ya cuando se acercó más pudo ver que no era yo.

“Entonces hubo otra detención por parte de no sé de quién, de otra persona que llevaba chamarra negra también, igual que yo, y su diferencia, se diferenciaba en el pelo, porque el pelo lo tenía chino y un copete así tipo rebelde de antes y chino. Usaba otras características que eran por ejemplo nariz un poco diferente a la mía.

“Pero lo demás, pues mis rasgos son tan característicos en la población de aquel lado, pues como dice la gente mucho con otras personas que dicen que soy yo, le voy a dar hasta un nombre. Hay un hombre también que se parece a mí, en mi mismo trabajo donde trabajaba yo, se llama Martín Monroy. Puede preguntar también si no es sorprendente el parecido.”

ZETA.- ¿En dónde trabaja él?

Aburto.- “En Cameros Magnéticos. Ahí donde trabajaba antes yo. Mucha gente creía que éramos hasta hermanos por el gran parecido que hay.

“Con esto les demuestro de que no soy la persona que dicen ahí, o sea por qué. Porque mis rasgos son muy característicos. Y así como esa persona puede haber muchas más. Yo conozco muchas personas, pero no me acuerdo de sus nombres, tan parecidas a mí, que es sorprendente.

“Incluso en el video aparecen dos personas con chamarra negra, que es lo que se ha estado manejando, mucho el de chamarra negra, el de chamarra negra; hay otras personas de chamarra negra que aparecen en el video, tengo plenamente identificados a todas esas personas, son como dos y reúnen los rasgos característicos míos, de mi rostro.”

ZETA.- ¿Tú eres católico?

Aburto.- “Sí, señor. Católico.”

ZETA.- ¿No estás arrepentido de esto?

Aburto.- “Sí, estoy arrepentido. Me extraña que me haga esa pregunta. ¿Cómo una persona no puede estar arrepentida de privar de la vida a otra persona? Me extrañan unas preguntas que Usted me hace.”

ZETA.- No. Te lo pregunto por tu religión, nada más. Y yo voy a apuntar todo esto, si quieres agregar otra cosa más.

 

¿POR QUÉ LUTO POR COLOSIO?

…y no lo hubo por Clouthier

 

Aburto.- “Que en verdad el gobierno no está dispuesto a hacer una verdadera justicia. ¿Por qué? Porque ni siquiera el abogado tiene gran cosa para hacer por mí. En verdad mi defensa está en mi boca, no en el abogado de oficio, que es el que le pagó el gobierno y le paga el gobierno, entonces el gobierno le dice: ¿Cómo vas a darnos la espalda si nosotros te estamos pagando?

“Ahora, dígame usted, acaso cuando a este señor le hicieron un, ¿cómo se dice?, un luto nacional. ¿Por qué? Si ni siquiera era presidente. ¿Por qué un luto nacional? ¿Por qué lo quieren ver como una persona, se pudiera decir, del gobierno, si la Constitución lo dice perfectamente bien, que no debe de pertenecer a, cómo se dice, se me escapa la palabra, o sea un cargo político? ¿Por qué  lo quieren ver así? ¿Acaso para agarrarme a mí como un delito federal? ¿Por eso?

“A ver, dígame. Cuando mataron al señor este del PAN, este señor de Clouthier, ¿por qué no hicieron tanta alharaca como la están haciendo ahora? ¿No?

“Yo en ningún momento, no he dicho de que yo no fui ni nada. Quiero pagar mi responsabilidad, hasta donde llegue.

“Hablando y haciéndome también muchas preguntas que le voy a poner y quisiera no me las conteste usted, que las conteste el pueblo:

“A Clouthier cuando lo mataron, ¿quién dijo algo? ¿Quién hizo algo? Nadie, señor. ¿Por qué lo mataron? ¿Acaso porque le llamó la atención a Salinas de Gortari? ¿Porque estaba dando, un, este, cómo se dice, un mensaje de gobierno, cómo se dice, que no le correspondía porque todavía no era presidente? ¿O acaso por eso mismo de que le llamó la atención? ¿O porque sabía este señor las cochinadas del gobierno, que siempre se han estado haciendo y se han estado tapando unos con otros?

“Acaso, dígame también, ¿por qué han dejado ir a López Portillo y a tantos políticos y presidentes? ¿Porque le tienen miedo a que diga la verdad el pueblo y le quite la venda de los ojos? ¿Por eso no los han ajusticiado? ‘El Negro’ Durazo, ¿qué tantas cosas hizo? ¿Por qué no lo ajusticiaron también?

ZETA.- ¿A quién?

Aburto.- “A ‘El Negro’ Durazo. ¿Cuántos años estuvo? No estuvo más de diez años. Con dinero y un abogado astuto pudo salir. Yo, como no tengo dinero, ni tengo un abogado astuto y no me prestaría para un abogado astuto, entonces, ¿qué se va a hacer?

“El gobierno, parece ser que no quiere cambiar su sistema. ¿Por qué la matanza del 68 también, de los estudiantes? ¿Y a Echeverría cuándo le hicieron algo? Lo dejaron ir.

“Ahora otro caso. Éste es el del 68, del 2 de octubre del 68, que pedían nuevas reformas los estudiantes.

“Bueno, en otro caso bien palpable es, hace pocos meses mataron un estudiante en una, parece ser, universidad que está aquí por la Ciudadela de la Ciudad de México, fueron los mismos agentes de la PGR, todavía estaba el señor Carpizo McGregor. ¿Qué hizo? No hizo nada. No se supo que le hicieran justicia a los padres del muchacho. Lo mataron nada más, simplemente porque estaba hablando por teléfono y no quiso dejar el teléfono para dejárselos a los de la PGR.

“Entonces digo: ¿Dónde está la justicia en México? ¿Dónde está? ¿Dónde están las leyes en México?

“Para mí las leyes de México no son malas, sino son malos aquellos que no las saben implantar y que juegan con ellas y se burlan de ellas como quien las compra.

“Las leyes, como las prostitutas, las compran, se burlan de ellas una y otra vez. ¿Con qué? Con dinero, señor.

“Entonces díganme: ¿Qué ejemplo le estamos dando a las demás naciones?

“Y aun así, otro caso: el de la prensa. Que la prensa, muchos no tienen ética profesional, que hasta ahorita usted la ha demostrado.

“Otros solo manejan la información como ellos quieren, haciéndole saber a la gente y al mundo que México es un país conflictivo y no es así, no hay ningún problema en México. México está en calma. ¿Por qué quieren hacer ver eso al mundo? Porque nada más por dar una noticia sin saber que están poniendo en peligro la estabilidad de México. ¿Dónde está la ética profesional de los periodistas?

“Entonces digo, si vamos a continuar de esa forma, actuando, pues digo: ¿A dónde vamos a llegar con todo esto? ¿No?

“Bien, si gusta hacerme una pregunta.”

ZETA.- Entonces tú definitivamente dices que no hay nadie. Porque así lo han publicado los periódicos, que había gente tras de ti. ¿No hay nadie?

Aburto.- “Nadie absolutamente.”

ZETA.- Tú consideras que esto fue un accidente.

Aburto.- “Absolutamente.”

ZETA.- Tú ibas a tirar a los pies.

Aburto.- “Sí, absolutamente. Como ya lo he de mostrado aquí”.

 

EL LIBRO DE DIBUJOS

Y un mensaje de muerte

 

ZETA.- ¿Los dibujos no son tuyos?

Aburto.- “Algunos dibujos de un libro negro, ¿no sé si sea ése?”

ZETA.- Sí.

Aburto.- “Algunos dibujos pertenecen en a mí”.

ZETA.- Nosotros publicamos un dibujo en el periódico donde está un hombre con una bandera atravesada y con una “M” en el cinto y a un lado dice que vale más la vida de mil mexicanos que de un mal político, y tiene un caballero águila pintado a un lado.

Aburto.- “A ver, perdón. ¿Cómo dice?”

ZETA.- Tiene un caballero águila.

Aburto.- “Sí. ¿Pero qué decía en el dibujo?”

ZETA.- Dice más o menos, que son traidores a la patria los que no luchan por ella y son traidores los malos funcionarios y que vale más mil personas buenos mexicanos que un mal funcionario.

Aburto.- “No. No lo puse yo. Aquí le voy a decir algo que también se va a aquedar usted sorprendido:

“Cuando me llevaban a la Suburban, eeeh… el día de los hechos que me llevaban, parece ser, del retrato éste, para adelante, incluso ahí en el retrato se mira, ¿dónde está mi chamarra que me la hacen hacia atrás?, y una persona en una de mi… de la chamarra, el costado izquierdo tiene una bolsa, por el lado de adentro, y me ponen un papel doblado, con un mensaje.

“Después se me dijo lo que era el papel ése. Esos momentos que iba aturdido y golpeado, que me llevaban agarrado de las manos, no pide sacar el papel para ver qué era lo que decía en el papel: era un mensaje de muerte.

“Parece ser, según lo que me dijeron en la procuraduría, que este papel utilizaban los estudiantes, pero yo no sé qué tipo de estudiantes ni de qué escuela, ¿no? Pero fue un boletín de estudiantes.

“Lo impresionante de todo esto es que, en ese mensaje están unas palabras subrayadas, este… y en las palabras subrayadas iba el mensaje de muerte.

“Entonces hay mucho qué pensar de esto, ¿no? ¿Por qué escribieron eso? ¿Por qué lo hicieron? ¿Acaso hay otras personas que en verdad sí iban a hacer un atentado?

“Y aprovechando esta ocasión, quisieron ponerme como culpable, como responsable. ¿O los mismos miembros de la PGR fueron los que pusieron ese papel? Manejando información de esa manera, han dicho tantas cosas de mí, ¿no? O sea ya que han creado una total confusión, ¿para qué? Para que no se sepa la verdad, y a mí no se me haga una justicia”.

ZETA.- ¿Quieres decirle algo a la gente de Tijuana?

Aburto.- “Pues… ¿qué le podría decir? Pues que yo me hago responsable del accidente, porque así es como fue: un accidente.

“Que no esperen justicia del gobierno, porque hasta el momento no lo ha demostrado ni parece ser que me quieran hacer una verdadera justicia. Porque quieren en el juicio seguir poniendo las agravantes, ¿no?

“Las agravantes, aunque ya las pude demostrar, no me las quieren aceptar, porque esto está siendo realizado por el Tribunal Superior de Justicia, que parece ser que ellos son los que están manejando la sentencia, ¿no?

“Y aquí pues solamente parece ser que es nada más una obra de teatro la que se está llevando, porque en verdad ellos son los que están decidiendo, y así lo están decidiendo. Que lo que se haga ahí se va a hacer.

“Entonces, ¿qué nos hace pensar? Que no hay justicia, y que no puede haber justicia, ¿por qué? Porque tantos presidentes lo han demostrado.

“¿Salinas cuántas veces lo ha demostrado? Cuando vino ese, ¿cómo se dice?…. bueno se me escapa de la mente eso, ¿no?, este…

“Pero cayó en otros errores similares como por ejemplo la ley de su palabra decía: aquí no hay otro candidato que no sea Colosio, o sea que diciendo que su palabra vale más que la del pueblo, que ésa es la palabra de él.

“Que aquí en verdad no manda el pueblo de México. El que manda, son unos cuantos, y en sí el presidente que se siente con las agallas de hacer lo que se le viene en gana, y quien le diga algo, lo despacha o lo maten o se deshaga de él. Así de sencillo”.

 

“NO PIENSO QUITARME LA VIDA”

Si aparece muerto, lo mataría el gobierno

 

ZETA.- Mario, te agradezco mucho que me hayas aceptado hablar conmigo. Yo le voy a entregar un periódico a tu mamá en Tijuana, y cuando tú quieras hablar, hazlo saber aquí y yo vendré desde Tijuana para platicar contigo de lo que tú quieras decir.

Aburto.- “El problema, señor, es de que yo estoy incomunicado, pero si usted gusta venir, las veces que quiera venir, no nada más usted, todos los periodistas que quieran, que demuestren ética como usted ha demostrado, yo con gusto los recibo.

ZETA.- Okey, Mario.

Aburto.- “Cuantas veces quiera venir. Como un mensaje que le quisiera dar a mi mamá y a sus familiares de que, si me hace favor de dárselos…

“Este… de que se hagan a la idea de que voy a estar aquí y que en dado caso que no se me haga justicia, que también se hagan a la idea. Y además les quiero dar este mensaje.

“De que donde quiera que esté yo, estaré bien. Que en ningún momento me pienso quitar la vida.

“Quiero pagar mi culpa de este accidente, y que si en algún momento yo llegara a aparecer muerto o sacado de aquí, porque aquí estoy seguro, hasta el momento me han tratado bien, pero que me llegaran a aparecer algún día muerto en alguna parte, es porque el gobierno así lo hizo, no porque yo lo haiga hecho, porque el gobierno ahorita esté temeroso de lo que yo pudiera decir.

“Porque posiblemente pensaban de que iba a decir estas cosas, ¿no? De que estén poniendo personas, personas como este señor de Zedillo Ponce, que es el nuevo candidato. Si no pudo con SEDESOL, va a poder con la presidencia. Imagínese con ese tipo de candidatos, o con ese tipo de gente creen que el país pueda salir adelante. No creo yo.

“Que pongan verdadera gente que tenga capacidad para llevar retos, y retos serios que tiene México ahora. ¿Por qué? Porque México tiene una competitividad sorprendente, pero ¿qué quieren hacer los funcionarios, o los del gobierno? Seguir robando a México, entonces, ¿cuándo va a progresar México?

“Nunca va a progresar. Siempre lo van a tener al pueblo humillado y matado. Muerto de hambre con un salario mínimo.

“¿Cree usted que una gente que gana salario mínimo pueda mantenerse con ello? Yo, ¿sabe cómo le llamo a esa gente?, le llamo: santos”.

ZETA.- ¿Cómo?

Aburto.- “Santos”.

ZETA.- ¿Por qué?

Aburto.- “¿Por qué? Porque hacen milagros con un salario. Imagínese a este paso a dónde vamos a llegar. ¿Y el gobierno? Pues bien, gracias, va a seguir con sus cosas.

“Yo ya estoy en esto, por eso me he atrevido a decir esto y lo que llegue a pasarme a mí pues… el gobierno. Bueno, eso es todo, señor y muchas gracias.

ZETA.- Trataré de venir en unas dos o tres semanas. Espero que me recibas.

Aburto.- “Cuando guste”.

ZETA.- Le voy a entregar el periódico a tu mamá.

Aburto.- Perfecto. Cuando guste, mientras el director lo deje entrar y las personas así se lo autoricen, adelante, yo estoy a su disposición para servirle, señor.

ZETA.- Muchas gracias, Mario.
J. Jesús Blancornelas / ZETA

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