Muere David Bowie a los 69 años, a causa de un cáncer

David Bowie, una de las figuras de más éxito e influencia de la música rock, ha fallecido de un cáncer que había sido mantenido tan en secreto que el pasado mes de octubre su agente tuvo que desmentir que fuera a participar en la edición del Festival de Glastonbury de 2016. Según las páginas de Facebook e Instagram del cantante, David Bowie “murió en paz rodeado de su familia tras 18 meses de lucha contra el cáncer”. Bowie ha muerto apenas unos días después de la publicación de su vigésimo quinto álbum, Blackstar, que ha recibido el aplauso unánime de la crítica.

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Así, de una forma extremadamente discreta -como vivió en su última década- se cierra la vida del camaleón, como le llamaba la prensa coloquialmente, un personaje tan inclasificable que hasta tenía cada ojo de un color diferente -por una pelea en la escuela- y que marcó la historia del rock en las décadas de los 60 y 70. Y, también, de un cantante, instrumentista y productor que representó todos los excesos asociados al mundo del pop, incluyendo la capacidad de autopromoción y la capacidad para exprimir económicamente su obra al máximo, como cuando convirtió en bonos los derechos de autor de sus canciones y los vendió por 50 millones de dólares, a finales de los noventa. Era, exactamente, la misma técnica que sería empleada masivamente en EEUU después durante la era de las ‘hipotecas basura’.

David Robert Jones -su verdadero nombre- jugó con la ambigüedad sexual, creó un alter ego -Ziggy Stardust-, estuvo a punto de morir de sobredosis de cocaína en varias ocasiones y actuó en varias películas de Hollywood. Su legado musical es una combinación de soul, pop, glam, electrónica y disco que ha influenciado a artistas tan heterogéneos como Lady Gaga hasta The Cure, U2, Pulp, New Order o Franz Ferdinand.

Bowie, que nació en Londres, comenzó su carrera a principios de los 60, pero alcanzó dimensiones mundiales con la publicación, en 1972, de The Rise and Fall of Ziggy Stardust and theSpiders From Mars. Desde entonces, Bowie no abandonó el estrellato, aunque en la década de los 80 la crítica le acusó de ceder a la complacencia y a las tentaciones comerciales. El cantante llevaba medio retirado desde hace una década, con escasas apariciones en público y discos esporádicos. En 2006 se había subido por última vez a un escenario. Fue en Nueva York, con Alicia Keys, para interpretar tres temas. Poco antes, había interpretado con el líder de Pink Floyd, David Gilmour. Una canción muy poco bowieana que, sin embargo, acabó siendo una de sus últimas actuaciones en público del camaleón.

Via: El Mundo