Los monstruos invaden vitrinas

Guadalajara.— Vestuarios originales del filme “La cumbre escarlata”, objetos de “Cronos”, su primera película, así como cosas de “El laberinto del fauno”, formarán parte de la exposición En casa con mis monstruos, de Guillermo del Toro, en lo que será su última salida al mundo.

Más de 900 objetos, de la colección particular del realizador tapatío (cerca de 600) y diversas colecciones, integran el montaje que se llevará a cabo de junio a octubre próximo en el MUSA de la Universidad de Guadalajara.

El número de piezas es el doble de lo que se ha presentado en Estados Unidos y Canadá.

Eugenio Caballero, curador de la exposición, detalló que la misma estará dividida en ocho salas temáticas como Infancia e inocencia, Cuarto de lluvia, Victoriana, Muerte y más allá, Comics pop y cine.

“El diseño es evocar la casa de Guillermo con ciertos colores, materiales y códigos visuales que hay en ella, es adentrarse en un laberinto donde la idea es generar toda una experiencia”, dice el ganador del Oscar por “El laberinto del fauno”.

Abunda que el proyecto gira sobre tres ejes a ver: los objetos coleccionados por Del Toro, lo propio de su filmografía y piezas de arte predominantemente mexicano, de autores como Siqueiros y José María Velasco, relacionados con su universo.

“El entiende que mezclar objetos consagrados con lo más popular es parte de la riqueza de la inspiración y hay muchas gráficas, esculturas de muchos de sus personajes, hay un gabinete de cuestiones médicas de esas que le gustan a él, tenemos algunos muebles de sus películas, fantasmas y espacios para que la gente se tome fotos y se lleve recuerdos”, detalla Caballero.

“Hay arte del siglo XVII, grabados de Posada, hay anécdotas de su infancia, revistas que leía de joven”, agrega.

El también diseñador de producción en ROMA y Lo imposible comenzó la curaduría de la muestra hace precisamente un año, acudiendo a la casa del realizador.

Esta será la última vez que “En casa con mis monstruos” viaje por el orbe. Debido a la complejidad del montaje y la reunión de piezas provenientes de colecciones particulares de museos, provocaron que no llegue a la Ciudad de México, como se tenía previsto.