HULK
Un gordo, pero muy, muy, muuuuuuy godo… o sea, un gordo el wey, todo fofo y aguado que era muy pachanguero es invitado a una fiesta de disfraces.
Entonces muy entusiasmado va a comprarse un disfraz pero ¡nada!. No existen disfraces de su talla. Se pone a pensar y se le ocurre una idea genial:
¡Ya se! Me voy a disfrazar de hulk el hombre increíble. Solo tengo que cortar un pantalón de mezclilla viejo y me pinto todo de verde y ya estuvo.