El ex integrante de The Beatles, George Harrison, falleció el jueves tras una prolongada lucha contra el cáncer a los 58 años de edad.


El músico había anunciado en julio que recibía tratamiento contra un tumor y fue operado de cáncer de pulmón en mayo. Hasta su muerte permanecía en la casa de un amigo en la ciudad de Los Angeles.


Antes había estado internado en una clínica de Nueva York, sometido a una terapia revolucionaria.


Era el beatle tímido, una figura callada frente a los dos enormes egos de John Lennon y Paul McCartney.


Pero Harrison se las ingenió para dejar su huella en el grupo una vez que su innata creatividad encontró los espacios necesarios, que se abrieron para canciones de su autoría como “Here Comes The Sun”, “While My Guitar Gently Weeps” o “Something”.


Frank Sinatra dijo una vez que Something era “la mejor canción de amor jamás escrita”.



Hijo de un conductor de autobús, Harrison nació en la zona de Hunts Cross en Liverpool el 25 de febrero de 1943 y tuvo una infancia marcada por la pobreza en la posguerra.


Una beca en el Instituto de Liverpool, donde McCartney era un año mayor, fue la salida a una vida mejor.


Al igual que millones de sus contemporáneos Harrison cayó presa del rock ‘n’ roll y con 14 años se compró su primera guitarra a un precio de tres libras.

La música reemplazó poco a poco sus estudios académicos y su innata habilidad con las seis cuerdas le permitió el ingreso al grupo The Quarrymen, formado por Lennon y McCartney.


Desde allí la historia de Harrison es la conocida historia de los Beatles, los clubes de Liverpool, de Hamburgo, el ingreso de Ringo Starr, el manager Brian Epstein y la edición del primer sencillo para la pequeña empresa Parlophone.


Harrison se convirtió al igual que sus colegas en una estrella popular británica y “ascendió” a mega estrella tras el éxito beatle en Estados Unidos en 1964 y el resto del mundo.


Su estilo con la primera guitarra, inspirado en su ídolo Carl Perkins, definió el sonido de la década de 1960.


El amor de Harrison por el misticismo oriental se filtró en la discografía beatle con la canción “Norwegian Wood”, que marcó también el debut del sonido de un sitar en la música rock.


El sonido indio se hizo patente en el álbum Sergeant Pepper donde la canción de amor “Within and Without You” tenía pocas referencias occidentales.


Hacia el final de los Beatles compuso “While My Guitar Gently Weeps” y “Here Comes The Sun”, una de las primeras canciones tocadas con un sintetizador.


La ruptura de los Beatles lo encontró con sólo 27 años y dedicado de lleno a la jardinería y a la meditación en su amplia propiedad en Henley on Thames, en las afueras de Londres.


Poco después editó su obra solista más reconocida, un álbum triple llamado “All Things Must Pass” (Todas las cosas deben pasar), que incluía el simple “My Sweet Lord”.


Su producción musical decayó en calidad a mediados de los años 1970, golpeado por un divorcio.


Sólo se destaca la organización de un concierto para recaudar fondos para Bangladesh, 13 años antes que el famoso Live Aid.


En los años 1980 se unió a Jeff Lynne, ex líder de ELO (Electric Light Orchestra) y creó el álbum “Cloud Nine”, que contenía el exitoso simple “Got My Mind Set On You”.


Incursionó con éxito en la producción de largometrajes como La vida de Brian del grupo humorísitico Monty Python o Mona Lisa.


La década de 1990 lo encontró más retraído pero volvió a reunirse con Paul y Ringo para producir la serie Antología, que además le dio una seguridad económica definitiva.


Casi murió en 1999 cuando fue acuchillado en su casa por un intruso y desde entonces se mantuvo en los titulares de la prensa debido a su lucha contra el cáncer.


Harrison homenajeó a John Lennon tras su asesinato en 1980, casualmente ambos nacieron en Liverpool y ambos fallecieron en Estados Unidos.

Fuente: BBC News