Diarios de Kurt Cobain

La revista Rolling Stone publica fragmentos de los diarios de Kurt Cobain que seran parte de un libro.

Aqui algunos fragmentos:

La fama

A veces me pregunto si no seré el chico más afortunado del mundo. Por
alguna razón este último año me han agasajado con cantidad de
maravillas y la verdad es que no creo que haya recibido todos estos
regalos y chucherías por el hecho de ser un ídolo aclamado por la
crítica y adorado por adolescentes de todo el mundo, una especie de
semidios líder de un grupo, un rubiales de una sinceridad enigmática,
tartamudo y franco que tiene un defecto del habla y articula elaborados
discursos de aceptación de un premio, un niño mimado, una estrella de
rock que por fin, finalmente, ha confesado su depravada adicción a las
drogas durante 2 meses, abrumando al mundo con el típico "Ya no puedo
mantener esto en secreto porque me duele ocultar cualquier parte de mi
vida privada a mis fans que tanto me adoran y se preocupan por mí,
quienes a pesar de verme como un personaje de cómic de su dominio
público me siguen queriendo". Pues sí, hijos míos, como diría un puto
pirado hablando en nombre de todo el mundo: "Te agradecemos de veras
que por fin admitas eso de lo que llevamos tiempo acusándote.
Necesitábamos oírlo porque estábamos preocupados, ya que los chismes
triviales, las bromas y las conjeturas que circulaban en nuestros
centros de trabajo, escuelas y fiestas habían llegado a, digamos,
agotarse". Oh, sí, la reencarnación amargada y engreída de elige a tu
rey se ha apartado de la presentación positiva. Así que estas son las
cosas que recuerdo y atesoro con cariño. Durante mi estancia en Londres
en junio fui a Rough Trade Records, donde todos los años hago el penoso
esfuerzo de buscar el primer disco de Raincoats*.

Kurt Cobain: Diarios, Página 222.

La heroína

Probé la heroína por primera vez en 1987 en Aberdeen y seguí
utilizándola unas 10 veces más desde el 87 hasta el 90. Cuando volví de
nuestra segunda gira europea con Sonic Youth decidí consumir heroína a
diario debido a una dolencia estomacal que llevaba sufriendo desde
hacía cinco años y que me había llevado literalmente a pensar en el
suicidio. Todos los días de mi vida durante cinco años. Cada vez que
tragaba un bocado de comida sentía un dolor en el estómago. El dolor se
volvía aún más fuerte cuando iba de gira debido a la falta de unos
hábitos alimenticios correctos y regulados y de una dieta adecuada.
Desde el comienzo de dicha afección me he sometido a 10 intervenciones
distintas en las zonas gastrointestinales superiores e inferiores que
han revelado una inflamación brutal en el mismo punto. He consultado a
15 médicos distintos y he probado una cincuentena de medicamentos para
la úlcera. Lo único que he visto que funcionaba eran los opiáceos
fuertes. Había muchas veces que me veía literalmente incapacitado en la
cama durante semanas, vomitando y muriéndome de hambre. Y llegué a la
conclusión de que bien podría ser un yonqui si ya me sentía como tal.
Tras la última gira europea juré que no volvería a ir de gira a menos
que pudiera ocultar o resolver mi problema de salud. Me pasé cerca de
un mes metiéndome caballo, pero luego caí en la cuenta de que no podría
conseguir drogas cuando fuéramos a Australia y Japón, así que Courtney
y yo nos desintoxicamos en la habitación de un hotel.

Kurt Cobain: Diarios, página 229

El indie

El año pasado gané unos 5 millones de dólares. Y no pienso darle un
solo centavo a ese mamón elitista de Calvin Johnson. ¡NI HABLAR! He
colaborado con uno de mis únicos ídolos, William Burroughs, y no podría
sentirme mejor.

Me mudé a Los Angeles un año y al volver me encontré con que 3 de
mis mejores amigos se habían vuelto unos verdaderos heroinómanos. He
aprendido a odiar el Riot Girl. Un movimiento del que yo mismo fui
testigo desde sus orígenes porque me tiré a la tía que sacó el primer
fanzine de estilo "Grrl" y ahora ella se está aprovechando del hecho
que folló conmigo. No de forma escandalosa pero lo suficiente como para
sentirme utilizado. Pero no pasa nada porque hace unos años opté por
permitir que los blancos corporativistas me explotaran y me encanta. Me
sienta bien. Y no pienso donar un solo dólar al puto régimen fascista
indie, siempre tan necesitado. Ya se pueden morir de hambre. Que coman
vinilo. Para él todas las migas. Yo podré vender mi culo carente de
talento durante años gracias a mi condición de figura de culto.

Kurt Cobain: Diarios, página 307

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