Quise parar de tocar, pero el estallido social en Chile me inspiró: Mon Laferte

Este sábado, la compositora chilena Mon Laferte cerrará #LaGiraDeNorma en el Palacio de los Deportes. Será la primera ocasión en que se presente sola en este recinto.

En entrevista con La Jornada, reflexiona sobre la importancia de llenar el Domo de Cobre: No entiendo de eso. Desde que llegué, en 2015, me explicaban esas cosas: que en ese escenario había que poner una consola así o una pantalla de ciertas características. No entendía, sólo sé guitarrear.

Laferte lanzará el 31 de enero su nuevo material, Sola con mis monstruos, un cedé y devedé que incluye el material grabado el pasado 12 de octubre en el Lunario del Auditorio Nacional, donde dio dos presentaciones sold out.

Sobre la situación en su natal Chile, la joven cantante afirma que las cosas han cambiado: La gente piensa más en colectivo, porque todos somos inspiración para alguien. Los que estamos en la música y el arte , queramos o no, nos volvemos inspiración para alguien por ahí.

Conteniendo un estornudo provocado por una alergia, Mon Laferte menciona: “Me siento muy creativa. El año pasado me dieron ganas de parar de tocar, de dejar de dar conciertos; me sentía más animada en otras áreas del arte, me gusta pintar y lo hice mucho.

“Decidí tomar un tiempo para pintar estar en casa, tocar la guitarra… como para bajarle a las revoluciones de la gira y todo eso. Y 2020 sería un año relajado, pero llegó octubre del año pasado, el día 18, cuando comenzó el estallido en Chile y allá pasó algo en mí tan profundo que me puse a tocar canciones como loca y se me quitaron las ganas de quedarme en casa. No puedo ver un documental o una película porque se me ocurren cosas y voy corriendo a hacerlas.

“Ahora quiero salir a tocar. En esos días de octubre me presenté en muchos barrios, vi a muchas chicas con guitarra en mano e improvisando; el estallido me inspiró y me despertó. Me movió totalmente; ando muy creativa, me he dormido muy tarde… sigo de necia de seguir tocando y cantando, de mostrar mi música. Es necesario tener tiempo libre.”

Yo nomás guitarreaba

El estornudo se impone y Mon Laferte toma un momento para limpiar su nariz; luego responde: “Tocar para un público en una plaza pública, un Lunario o un Palacio de los Deportes es muy distinto, pero no he terminado de darme cuenta, para ser sincera. No quiero dármelas de muy sabia, y de pronto lanzó un disco en 2015 y ha sido una cosa de no parar de tocar y enfrentarme a desafíos todo el tiempo, que no conocía ni entendía como poner tal equipo de sonido o una pantalla así para un concierto en el Auditorio Nacional, porque la gente estaba sentada… yo nomás guitarreaba.

Por ejemplo, hoy tiene que ser un concierto diferente, porque es masivo; tengo que usar más la tecnología, tiene que ser un concierto más veloz. Tendré que poner las canciones de manera que no se hagan muy pesadas, estratégicas, para que el público, la banda y yo la pasemos bien.

El ánimo que muestra Laferte parece imponerse a la alergia y suelta: “Han sido años de aprendizaje, de tener errores, de hacer cosas bien y otras no tanto, pero al final siempre es lo mismo tocar en un lugar que en otro. Siempre me la he pasado bien, no me gusta que la gente se quede con la sensación del ‘exitismo’, que si tocas en un Palacio de los Deportes eres exitosa y que si llegaste a tocar ahí todo está bien. Me gustaría hacer un paréntesis de crear estos espejismos de que la gente piense que para ser exitosa los números son los que cuentan”.

Mirando a lontananza, Laferte habla de lo que ha cambiado después de la acción en los Grammy Latinos, donde mostró sus senos denunciando la represión de los excesos del gobierno chileno. Antes podía ir a caminar al Centro Histórico sin que nadie me reconociera, ahora he tocado en muchos lugares y he conocido sitios que no me imaginaba. Me gusta mantener las actividades que hacía antes de volverme popular.

Se le pregunta qué le provoca abrocharse los zapatos diariamente, y ella responde conteniendo la risa: “No sé. Las cosas que hago las hago por mero gusto. Me gusta mucho la gente. Me gusta observarla y me divierte mucho. Me encanta la cotidianidad… además, la Ciudad de México es surrealista, es como estar metido en una película todo el tiempo. Cuando la conocí ya no quise irme; lo mismo le pasa a las visitas que vienen de Chile”.