Nunca falta el político oportunista que se cuelga del movimiento apartidista de los estudiantes de la universidad Iberoamericana, se trata de Andres Manuel Lopez Obrador que ocupo los vídeos que se subieron a youtube de la visita del candidato Enrique Peña Nieto a aquella universidad para hacer un comercial a su favor.
Hace seis años lo criticabamos por usar a Elena Poniatowska, poniendola en una posicion donde seria atacada sin ninguna necesidad.
En internet esta circulando una foto de un periódico de una nota que dice que el programa Tercer Grado del miércoles 23 de mayo donde participo Enrique Peña Nieto fue grabado.
La nota curiosamente no esta firmada por nadie, busque de que periódico se trataba, y no fue fácil, se trata del periódico “La Tarde” propiedad de “Uno Mas Uno” , se trata de la edición vespertina (de esos que traen una mujer desnuda en las primeras paginas), y circula en los estados de México, Hidalgo, Morelos y Puebla. El 27 de Junio de este año cumplirá un año de que se puso en circulación después de una larga ausencia.
En esta época electoral y en la anterior, hace seis años, existe un grupo de personas que dice que las encuestas están amañadas por alguien para que lo favorezcan, pero yo he escuchado alguna razón o explicación para creerles.
Utilicemos como ejemplo a una encuestadora, Consulta Mitofsky, es de las mas conocidas, la que trabaja para Televisa y Radio Formula entre otros medios, dicen (primordialmente los seguidores de Lopez Obrador), que los números de Peña Nieto están inflados, cuchareados, que son falsos pues, pero yo me pregunto si Mitofsky esta coludido, pagado o comprado por el PRI, por que en el DF esta misma encuestadora tiene al candidato del PRD en el primer lugar y con aun mas ventaja que Peña Nieto.
¿Como explican eso? Por que si infla una, no tiene a Beatriz Paredes también en primero en el DF, seria lo lógico. O quizás sea que se vende al mejor postor, y en el DF el mejor postor fue Mancera y el les pago muy bien para ponerlo inalcanzable en las encuestas.
Sinceramente no le veo mucha lógica a que unas encuestas del mismo Mitofsky estén a favor del PRD y la nacional para el PRI.
Recordemos que las encuestas del 2003, 2004, y 2005 la misma Mitofsky y Gea Isa ponían a Andrés Manuel también muy por arriba de los demás, inalcanzable, de hecho Obrador llego a citar estas encuestas en su comic que publico cuando era jefe de gobierno del Distrito Federal. De hecho tenia una frase que se volvió popular “No le han quitado ni una pluma a este gallo” basándose en los números de las encuestas “de los vendidos” fue hasta principios del 2006 cuando empezó a bajar en las encuestas cuando comenzó a descalificarlas diciendo que esas encuestas las cuchareaban en los Pinos, digo, si se hicieran en los Pinos, Josefina estaría hasta arriba y no donde esta.
Es por esto que no creo en los que descalifican a las encuestadoras solo cuando no les favorecen.
No se ustedes pero estas elecciones las había considerado muy aburridas o desangeladas en comparación con las del 2006 y las del 2000, no se si sea porque duraran menos, o si porque hay un candidato que lleva mucha ventaja y se ven pocas posibilidades de que lo alcancen, o quizás sea solo yo y que ya perdí ese espíritu combativo que tenia años atrás, pero el día que Peña Nieto fue a la Ibero como que las cosas despertaron.
Quien pensaría que los chicos de la Ibero tendría este efecto en jóvenes de otras universidades, incluso las publicas, y es que seamos sinceros los chicos de la Ibero siempre han sido blanco de nuestras bromas por varias cosas, la principal su poco contacto con el México real.
Este ensayo tiene su origen en la relectura de La noche de Tlatelolco, el libro de Elena Poniatowska. A partir de ahí, Luis González de Alba se ve obligado a corregir muchas de las imprecisiones que ostenta el libro. Lo que se desprende de esta tarea es un reclamo escueto y polémico: hace falta “una reedición, minuciosamente corregida e históricamente apegada a los hechos, de La noche de Tlatelolco”.
Vergüenza súbita
Me llegó La presidencia imperial, de Enrique Krauze, y tras de quedar atrapado por el capítulo que describe a Manuel Avila Camacho, y que leí de un tirón, gozando una prosa rica y una reconstrucción aguda, salté al capítulo sobre Gustavo Díaz Ordaz, que me interesaba de manera personal. Allí encontré una larga cita mía que creí tomada de mi relato sobre el Movimiento Estudiantil del 68, Los días y los años. Es una descripción de la manifestación silenciosa. Krauze la presenta con un gran elogio que agradezco: “Luis González de Alba lo describiría en un párrafo memorable”, y viene en La presidencia imperial la cita donde se lee lo siguiente: “Y de aquellas decenas y después cientos de miles sólo se oían los pasos… Pasos, pasos sobre el asfalto, pasos, el ruido de muchos pies que marchan, el ruido de miles de pies que avanzan. El silencio era más impresionante que la multitud. Parecía que íbamos pisoteando toda la verborrea de los políticos, todos sus discursos, siempre los mismos, toda la demagogia, la retórica, el montonal de palabras que los hechos jamás respaldan, el chorro de mentiras”. Enrojecí de vergüenza. ¿Así escribía yo? Sólo me faltó decir “el titipuchal”, el “buti”. Y luego eso de los pasos, pasos, pasos. Volví a enrojecer. Por suerte dudé. Busqué la cita en el libro de Krauze y descubrí que no hacía referencia a mi propio relato, Los días y los años, sino al de Elena Poniatowska, La noche de Tlatelolco. Una vez localizado el párrafo original en mi libro, de donde Elena lo pasó al suyo y luego lo tomaron los ayudantes de Krauze, vi con alivio que no dije nunca “pasos, pasos, pasos, el montonal, el chorro de mentiras”. Estoy traducido al poniatosko. Mi escritura es mucho más seca. También es menos simpática.
Nuestro país no tiene una relación privilegiada con el derecho; de hecho vivimos, en muchos aspectos, en una circunstancia pre-legal. No hemos interiorizado la ley y seguimos privilegiando las relaciones de fuerza. Hablar de “estado de derecho” cuando se tiene si quiera la idea de que un hombre absolutamente solo, erguido ante mitos, pueda tener la razón y que la fuerza del Estado en su totalidad, como garante del derecho, de apoyarlo y hacerlo triunfar, hablar de “estado de derecho” –digo en estas circunstancias , es palabrería vacía y es mentira.